11 de febrero, 2021
La rodilla es una de las articulaciones que más se lesiona una persona, está formada por huesos (fémur, tibia y rótula), cartílagos (que evitan el roce de hueso con hueso), ligamentos (que sirven para estabilizar la articulación), tendones (que unen los músculos con los huesos), y meniscos (que sirven de amortiguador entre el fémur y la tibia). Éstos trabajan en conjunto para permitir que podamos doblar y estirar la pierna.
Entre las lesiones más frecuentes se encuentran:
1. Fracturas:
La fractura más común es la de la rótula o patela, que por estar tan expuesta y ser el escudo que protege a la articulación, suele fracturarse con facilidad al sufrir un golpe fuerte.
2. Lesión del ligamento:
La más común es la lesión del ligamento cruzado anterior que puede ir desde un leve esguince, hasta la ruptura de éste. Generalmente ocurre en personas que practican deportes que implican cambios bruscos de dirección o saltos, como el fútbol americano, soccer y básquetbol.
3. Luxaciones:
Una luxación es cuando el hueso se sale de su lugar, ya sea por un golpe fuerte o por una caída, siendo la más común la de la rótula.
4. Ruptura de meniscos:
El menisco puede romperse durante una actividad deportiva o por el desgaste ocasionado por la edad, lo que se conoce como ruptura degenerativa. Esta ruptura puede causar dolor, inflamación y una sensación de que la rodilla se traba al mover la pierna.
5. Bursitis:
La bursa es un saco lleno de líquido, que sirve como amortiguador para la articulación, permitiendo el deslizamiento de ligamentos y tendones, ésta se puede inflamar por un uso repetitivo, provocando la bursitis.
Algunas de las recomendaciones que nos podrían ayudar a prevenir éstos tipos de lesiones son: