7 de julio, 2020

El ozono como agente terapéutico

El Ozono es el mejor desinfectante que produce la naturaleza, se forma cuando el oxígeno y los rayos UV del Sol se ponen en contacto, de igual manera, se puede producir por tormentas eléctricas.

El Ozono está formado por 3 átomos de oxígeno que tiene la capacidad de oxidar y degradar la membrana lipídica (grasa) que protege a muchos tipos de hongos, bacterias y virus, incluyendo el COVID-19 y la Influenza.

Ya que la base del Ozono es oxígeno, al que ninguna persona es alérgica, es 3000 veces más potente y rápido en la desinfección que el cloro. Mientras que el cloro puede causar daños a la salud, el Ozono no, por lo que es áltamente recomendado como agente terapéutico sin efectos secundarios.

Debe ser producido al momento por un equipo especializado simulando una tormenta eléctrica de forma controlada. 

Es bien conocido que en el cuerpo humano tiene un efecto inmunomodulador (regulador del sistema inmune), germicida (mata gérmenes), regulador metabólico, analgésico y anti-inflamatorio.

Administrado vía intravenosa estimula al sistema inmunológico. Teniendo como objetivo provocar un estrés oxidativo transitorio y controlado que promuevan la producción de enzimas antioxidantes (Catalasa, Superóxido Dismutasa, Glutatión Peroxidasa y Reductasa) para proteger a las células de agentes invasores como virus y bacterias que las puedan dañar. 


Además, promueve una adecuada circulación sanguínea, oxigenación a nivel celular, y desinflamación, por lo que se previene el daño pulmonar y cardiovascular que puede causar el COVID-19.